El tiempo pasó, un tiempo de 4 meses que pienso que realmente fue el contrato de la superación como siempre lo he querido llamar, creo que verdaderamente ha marcado un antes y un después en mi vida en todos los sentidos pero a nivel personal más que nunca.
Hay una gran diferencia entre lo que fui en mi primer contrato y lo que soy al acabar el tercero, algunas cosas cambiaron y creo que fueron importantes, es cierto que de la vida misma siempre se aprende pero también hay que querer aprender, sino no sirve de nada.
Muchas cosas pasaron en estos 4 meses, problemas de salud y también a nivel personal terminando con lo que tuve que vivir, pero si que es cierto que me siento orgullosa de haber mostrando una fortaleza de superación importante y es que los momentos pasan y no se puede dar continuación al sufrimiento, y es cierto yo era de las que daban esa continuación haciéndome tantas preguntas o pensando por qué todo me pasa a mí o qué mala suerte tengo.
Seguí trabajando los días que me quedaban porque decidí no abandonar, a pesar de todo tuve esa suerte de tener trabajo aunque terminara de esa forma, bueno prefiero decir que pareció que iba a terminar de esa forma. Me propuse ir a trabajar, continuar con mi vida, valorar el apoyo de mis compañeros de la tienda, valorar también mis amigos en quienes me apoyé tanto y personas que fui conociendo, momentos que no olvidaré.
Me quedo con lo bueno de mi final, decidí ofrecer mi mejor sonrisa y aprovechar el tiempo que me quedaba evitando añadir malos recuerdos.
Llegaron los momentos de despedidas y es cierto lloré en cada una de ellas, personas importantes fueron las que conocí , cada una de ellas me aportaron tanto y ahora la distancia nos separa.
Hay personas que me da pena no haber conocido antes, pero aún así he vivido momentos muy intensos y no los olvido ni olvidaré, quién sabe si nos volveremos a encontrar pero como bien dije a una persona, no hay que preocuparse por cómo ni cuando solamente esperar que sea, eso es todo en cualquier circunstancia.
Mi vida en Huelva se inició, reencuentro con amigos, conversaciones siempre tan interesantes con esas personas que puedo hablar de todo, mi vida como fotógrafa del mundo de la Semana Santa y hasta un fin de semana en Jerez con mis siempre compañeros de Huelva Cofrade.
Poco a poco reorganizando mi vida, vuelta a mi voluntariado en Cruz Roja, que ya en otra entrada hablaré de ello, pues cambia la vida de cualquier persona, vuelta al gym y espero que una comida sana jaja, y bueno poco a poco siguiendo el caminar de mi vida sin esperar nada y dejando que la vida me sorprenda, viviendo los momentos cuando se presentan y sino pues aprovechando los momentos de mi soledad para leer esos libros que me gustan leer que a la misma vez me hacen cambiar poco a poco mi mente.
En mente está de nuevo viajar y me gustaría el poder volver a decidir un lugar, coger mi maleta y marcharme.
Es así como pienso que se debe de tomar nuestra propia vida, decidir , coger la maleta y marcharse sin depender de nada ni de nadie, buscar tu propia felicidad , conocer mundo ...
Hay que ser impaciente por vivir y paciente por esos buenos momentos que están por llegar y aunque a veces parezca que todo va en tu contra y todo se detiene, nada lo hace es solamente un aprendizaje o quizás una señal de que algo debe de cambiar.
La vida debe de ser un viaje, y en un viaje desde que lo inicias sabes que nada permanece , conocerás mundo , vivirás buenos y malos momentos, personas que serán casuales y te aportarán tanto , destinos realmente inciertos tal y como el tiempo que lo es.
El viaje de tu vida es tuyo , haz que sea maravilloso e inolvidable.
Lejos de quedarme con una mala impresión de Disneyland Paris, como todo tiene sus cosas buenas y malas...
Prefiero quedarme con lo bueno, y de lo negativo quizás pienso que se debería de mejorar tantas cosas.
No deja de ser el lugar de los sueños de muchos y parece mentira pero en mi último día de contrato también cumplí yo la ilusión de ver de cerca los personajes de Mary Poppins y Bert, y me pude hacer una fotografía con ellos, en esos instantes de euforia por verles, quién imaginaría lo que viví unos días antes.
Ahora lo pienso y de nuevo es un aprendizaje de la vida, no hay que quedarse con lo malo de nada, ni de las situaciones que vives, ni de nada, las circunstancias de cada cosa y personas son las que son y a veces si tan siquiera lo sabemos en el caso de las personas, vivir es dejar atrás es dejar que el dolor se vaya marchando por ello opté por pasear por el parque y disfrutar de la compañía de esos personajes de Disney.
Al llegar a Sevilla, se me saltaron las lágrimas pero de la gran emoción que sentí de haber aprendido tanto pero sobretodo de tantas metas conseguida.
Así termina una historia de 4 meses, una etapa termina pero otra comienza, dejo que la vida me sorprenda y por cierto, sigo tan fan de Mickey .
